I - San Agustín, Gaspar de. Conquistas de las Islas Philipinas. Madrid: Imprenta de Manuel Ruiz de Murga, 1698.
4o. marquilla, 12 h. + 527 p. La temporal, por las armas del señor don Phelipe segundo el prudente, y la espiritual, por los religiosos del orden de nuestro padre San Agustin: fundación y progressos de su provincia del santissimo nombre de Jesús. Con una lámina rasgada y con faltantes en parte inferior derecha, afecta imagen. Pastas deterioradas, sin lomo. Ejemplar con manchas de humedad, desde la portada y hasta la página 1 con faltantes en márgenes exterior y superior; surcos de polilla desde la página 189 hasta la 364. Encuadernado en pergamino.
Palau: 289435. Menciona 16 h. + 544 p. + lámina + 4 h.
Durante el siglo XVI, las potencias europeas buscaron la manera de expandir su poderío económico mediante el comercio. El auge de la marina y la exploración condujeron a las coronas Europeas a la búsqueda y conquista de territorios del oriente; con la finalidad de establecer factorías y rutas comerciales. Las constantes batallas de la corona española en contra de los moros, portugueses y posteriormente y los protestantes marcó el inició de la crisis al interior de España, lo que obligó a la monarquía a buscar la manera de extender sus posesiones hacia el oriente de la Nueva España, hacia el archipiélago de las Filipinas. La conquista espiritual y temporal de las Filipinas fue empresa novohispana. El virreinato, era el centro de las actividades de la corona en el nuevo mundo, subsanó los gastos y las perdidas en la colonización y conquista del archipiélago. En 1568, Miguel López de Legazpi conquistó la ciudad de Manila y estableció una ruta segura para el comercio entre el puerto de Acapulco y Manila; es decir que la Nueva España se convertiría en el puente interoceánico entre la metrópoli y Asía. Los misioneros se sentían atraídos por el misticismo de las tierras orientales, algunos contaban con la experiencia evangelizadora de la Nueva España decidieron embarcarse en esta "empresa milagrosa". Las órdenes mendicantes, encabezadas por los agustinos fueron de las primeras en comenzar con el proceso de la conquista espiritual del archipiélago. Fray Gaspar de San Agustín, nació en Madrid en 1650. En 1667 profesó en el convento de San Felipe el Real, de origen humilde se destacó por su estricta observancia de las reglas lo que le permitió destacar en toda clase de estudios. Se estableció en la ciudad de Manila cincuenta años después de la conquista. Su obra tiene como objetivo trasmitir y relatar al mundo "cristiano" las vicisitudes de esta empresa, que el mismo considera como "milagrosa". Divide sus escritos en dos partes: la conquista espiritual y temporal (militar); es una crónica eclesiástica de los sucesos transcurridos a partir de la evangelización y la labor de los frailes agustinos. Tiene una visión providencialista al momento de escribirla, es por ello que destaca la vida de los misioneros; describe la vida de los habitantes y los contrasta con los indígenas americanos. Es considerada como una de las fuentes más importantes para la historia de Filipinas, además trabajo atrajo a otros misioneros jesuitas y franciscanos a la ciudad de Manila, la cual se convertiría en el centro de los misioneros hispánicos para expandir la religión y el comercio en los reinos de Asia.
Véase en: Fray Gaspar de San Agustín, el Cronista de Filipinas. Meyer Eugenia.