Lizana y Beaumont, Francisco Xavier. Edicto Contra la Causa de Miguel Hidalgo. México, 8 de octubre de 1810.
“Exhortación en contra de Miguel Hidalgo y Costilla.
…A Todas las personas de esta nuestra Diócesis paz y salud… Si el Cura de los Dolores D. Miguel Hidalgo hubiera estado presente quando los Discípulos de los Fariseos… preguntaron a nuestro Señor Jesucristo en Jerusalén, sí era Lícito pagar el tributo al César: hubiera dicho desde luego que no… hubiera ofrecido que se pondría a la frente de la Nación, y restituiría la tierra a los naturales por el mismo medio de la conquista… ¿Pero qué respondió el que vino del cielo a dar testimonio de la verdad? Pagad, dixo, al César lo del César, y a Dios lo que es de Dios, lo mismo nos enseñó después el Apóstol San Pablo… y la Santa Iglesia Católica… Esta ha sido en todo tiempo la respuesta de nuestra Santa Madre Iglesia: obedeced y pagad… Sería blasfemia y herejía decir que nuestro señor Jesucristo disimuló indebidamente… Debemos pues concluir, que yerra el cura Hidalgo en lo que enseña y practica. Yerra efectivamente, y su proyecto de reconquistar la América para los Indios, no solamente es anticatólico, sino quimérico, extravagante, ridículo y sumamente perjudicial al autor que lo propone, a la nación que intenta restablecer, y a quantas habitan sobre la tierra… ¿Y qué efecto produciría este levantamiento general sino la destrucción universal de todo el genero humano?... Hijos míos, no os dexeis engañar: el cura Hidalgo esta procesado por herege: no busca vuestra fortuna, sino la suya, como ya os tenemos dicho en la exhortación de 24 de septiembre: ahora os lisongea con el atractivo alhagúeñp de que os dará la tierra: no la dará, y os quitará la fé: os impondrá tributos y servicios personales…”. 1 h. 57.5 x 43 cm. Rúbrica de Francisco Xavier Lizana. Sello del Escudo del Arzobispo de México. Faltantes en margen derecho e izquierdo, parte central, afecta texto.
Tercer impreso de las autoridades novohispanas en contra de Miguel Hidalgo.
Las autoridades seculares y religiosas, por órdenes del virrey Francisco Xavier Venegas, vertieron sus plumas y papel en transmitir sus argumentos en contra de Hidalgo y el ejército insurgente. Las tesis de los realistas, publicadas en diversos sermones, exhortaciones y decretos, presentaban a Hidalgo como un "padre soberbio", guiado por intenciones "luciferinas".
El Arzobispo Lizana y Beaumont acusó a Hidalgo del pecado "mortal de la soberbia"; "Hidalgo, era quien lideraba la rebelión de los apostatas en la Nueva España, la soberbia en contra de la Iglesia Católica, en contra de la autoridad del Monarca y del Virrey"; consideró el movimiento independentista como un "proyecto diabólico"; junto con otros pensadores realistas la independencia "ha destruido a la Nueva España, ha roto el freno de las leyes, ha perturbado el orden público, ha sembrado la discordia y la anarquía que llevara a las villas y ciudad al infaliblemente infierno".
El Arzobispo, además, comparó la imagen de Hidalgo con la de Napoleón y con la de Lutero; "ambos, enemigos de la patria y de la religión". Condenó el uso de la imagen de la Virgen de Guadalupe como símbolo independentista, el empleo de la efigie guadalupana por cualquier insurgente significaría la excomunión. Sin embargo, hubo algunos escritores realistas que afirmaban que Hidalgo predicaba un "nuevo derecho natural" y rescataban sus virtudes como un hombre docto, sabio y reformador. Véase en: Hernández, Juan. Hidalgo Pintado por los Realistas.