Duca di Loubat. Il Manoscritto Messicano Vaticano 3738 detto il Codice Rios. Riprodotto in Fotocromografia a Spese di sua Eccellenza il Duca di Loubat per Cura della Biblioteca Vaticana. Roma: Stabilimento Danesi, 1900.
fo. doble marquilla, 39 p. + 96 h. (Facsimilar). Pasta anterior decorada al centro con Escudo de Armas del Duque de Loubat en dorado. Encuadernado en pergamino.
De los diversos manuscritos pictográficos elaborados bajo la supervisión de frailes y religiosos en la temprana Nueva España, sobresale el poco conocido Códice Vaticano A - Ríos, resguardado en la Biblioteca Apostólica Vaticana bajo la signatura 3738. Durante mucho tiempo, el origen del documento se atribuyó a la sola intervención del fraile dominico Pedro de los Ríos. Sin embargo, estudios recientes, sugieren que su participación fue mucho más directa en el Códice Telleriano-Remensis, por lo que la historia de ambos documentos es complementaria. Existen muy pocos datos sobre la vida de fray Pedro de los Ríos, pero de acuerdo con los testimonios escritos de su propia mano en el Códice Telleriano-Remensis, sabemos que se encontraba en Oaxaca hacia 1547. En este documento, Ríos deja constancia de una guerra que presenció y que inició en Coatlán, región zapoteca de la sierra sur de Oaxaca, un movimiento indígena para expulsar a los españoles. Posteriormente, el dominico residió en los conventos de Puebla y la Ciudad de México entre 1550 y 1562. No se sabe con precisión la fecha de su muerte, pero es posible que haya ocurrido en 1563.
Véase en: Hermann Lejarazu, Manuel A. Códice Vaticano A-Ríos. Arqueología Mexicana, 2010, Núm. 105, páginas 16 - 17.
La caligrafía de Pedro de los Ríos ha sido identificada en el Códice Telleriano-Remensis, lo que indica que este documento fue elaborado antes que el Códice Vaticano A, el cual está acompañado por largos textos explicativos escritos en italiano y redactados pocos años después de la muerte del fraile. Según mencionan Anders y Jansen, la parte pictográfica del Telleriano-Remensis fue concluida en 1555 y los comentarios que se colocaron en el manuscrito fueron elaborados por diferentes autores (incluyendo al propio Ríos) entre 1555 y 1563. De esta manera, el Vaticano A es en realidad una copia del Telleriano-Remensis y no, como anteriormente se pensaba, que ambos documentos provenían de un original perdido. En el último folio del Vaticano A se halla la fecha 5 conejo (1562), muy probablemente el año en que se terminó de pintar el códice. Es posible que el propio Pedro de los Ríos haya mandado hacer esta copia del Telleriano-Remensis, la cual fue pasada completamente en limpio por un pintor indígena. Las cerca de 85 fojas pintadas por ambos lados parecen ser obra de un solo artista, mientras que los largos textos en italiano fueron escritos por dos manos diferentes. Es muy probable que estos comentarios se terminaran poco después de la muerte de Pedro de los Ríos, quizás entre 1563 y 1565. El primer comentarista redactó sus textos en casi todo el códice, desde la foja 1v hasta la 51r, y el segundo glosador únicamente intervino en las fojas 54r a 61v. El segundo declara haber estado también en Oaxaca, al igual que Pedro de los Ríos, pues dice haber visto las vestimentas de mujeres zapotecas y mixtecas. El manuscrito se centra en la cultura Tolteca-Chichimeca en el Valle Tehuacán (actual Puebla y Oaxaca). Se puede dividir en siete secciones: Tradiciones cosmológicas y mitológicas con énfasis sobre las cuatro épocas. Un almanaque, o tonalamatl, para el Tonalpohualli, el año sagrado de 260 días común en los calendarios mesoamericanos. Tabla de Calendarios para los años 1558 a 1619, sin dibujos. Un calendario de festival de 18 meses, con los dibujos de los dioses de cada periodo. Rituales tradicionales, con los retratos de indios. Crónicas ilustradas de los años 1195 al 1549 empezando por la migración de Chicomoztoc y cubriendo los últimos acontecimientos en el Valle de México. Los glifos de los años 1556 a 1562, sin dibujos ni texto. En este códice aparece una presentación que ha permitido ubicar el habitat de varios dioses y la simbología de los colores en relación con los espacios cósmicos, hay en ellos regiones presididas por el blanco, el negro o verdinegro, el rojo, el amarillo y el azul donde cada astro recorre un camino celeste especifico.